Psycho tip#1: El psicoanálisis

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©foto: Paula Betancourt

Muchos han oído hablar de él, en positivo o en negativo dependiendo de si es Elisabeth Roudinesco o Michel Onfray que está al aire. Pero muchos ignoran sus rudimentos.

Pequeño recorrido por la cuestión para los curiosos o aquellos que planean consultar uno de estos días.

El principio subyacente:

Para que pueda haber psicoanálisis, tiene que haber un objeto que analizar y aquí es el inconsciente. Concepto inventado como tal por Freud, pero ya presente bajo diferentes formas en el trabajo de varios filósofos como Schopenhauer.

El inconsciente es una de las cuatro instancias del aparato psíquico, que contiene representaciones que obedecen el principio del placer.

Se encuentra en el centro de las motivaciones de nuestros actos y por lo tanto merece atención.

El marco:

Es un elemento esencial, que como su nombre lo indica está ahí para regular el intercambio entre el terapeuta y el analizado. Se compone de varios elementos como el lugar de encuentro, la disposición de los interlocutores (cara a cara o no, por ejemplo), la frecuencia y la duración de las sesiones, el precio, las condiciones de pago, etc.

Simbólicamente el « marco » o « setting » de Winnicott llena una función de « holding » en referencia a su concepto de contenencia materna. Cuando se mantiene adecuadamente permite asegurarle al analizado las condiciones óptimas para efectuar su regresión dentro de una cierta seguridad psíquica con el fin de establecer plenamente su « transferencia ».

El método:

El habla es la herramienta principal.

El método de expresión usado durante las sesiones es « la libre asociación de ideas. » La regla es que el paciente debe comprometerse a decir todo lo que le viene a la mente sin ningún tipo de selección. De hecho, entre los freudianos el uso del sofá es una manera de evitar el cara a cara con el terapeuta, que puede ser una barrera para el desarrollo de la libre asociación.

El psicoanalista debe, en principio, recoger esta palabra con una « atención flotante », es decir, una atención que no favorece a priori ninguna parte del discurso del analizado.

La « Transferencia » es otro elemento clave del psicoanálisis: corresponde a la tendencia del analizado a querer reproducir situaciones de su pasado mediante la actualización de estas en su interacción con el analista. Para que un psicoanálisis pueda llevarse a cabo, es necesario, en teoría que la transferencia se instale bien y que pueda ser interpretada, analizada y resuelta. La réplica en el psicoanalista es la « contratransferencia » muy estudiada por Ferenczi, que corresponde a todas las reacciones inconscientes del analista hacia el paciente y su transferencia.

El analista debe seguir una « regla de abstinencia », que es la negativa a cumplir con los papeles que el analizado desea inconscientemente hacerle jugar y con las solicitudes inconscientes que dirige hacia el.

En principio el terapeuta debe presentar una actitud de « neutralidad benévola » hacia su paciente, incluyendo la falta de juicios morales o de directivas.

La interpretación del psicoanalista es una extracción del significado latente de las palabras y del comportamiento del paciente.

La formación:

Para llegar a ser un psicoanalista se debe ante todo efectuar un psicoanálisis personal.

En algunas sociedades psicoanalíticas, que siguen el método de la Asociación Psicoanalítica Internacional, este análisis toma la forma de un « análisis didáctico ».

Después de este análisis, se puede postular para la formación teórica y práctica impartida por una escuela psicoanalítica (en forma de seminarios, por ejemplo). Si es aceptado, y llega al termino de la formación, pasa a la etapa que en algunas escuelas se llama « control ». Es la del seguimiento de pacientes bajo supervisión por uno o varios colegas psicoanalistas experimentados (con relato del seguimiento).

Según la escuela psicoanalítica seleccionada para su formación las modalidades de estos tres requisitos pueden variar. En particular, en lo relativo a la organización y la duración del control.

En general, la formación total (tres requisitos previos) dura varios años. De 5 a 10 años en promedio y es una comisión interna que decide conceder el estatus de miembro, correspondiente al reconocimiento de la condición de psicoanalista egresado de la escuela.

Hay escuelas de formación o asociaciones de psicoanalistas de diversas inspiraciones teóricas: « freudianas », « lacanianas », « jungianas » en particular.

El ejercicio de la profesión:

A diferencia del título de psiquiatra o psicólogo, el título de psicoanalista no está protegido en Francia y no hay orden de los psicoanalistas.

El estado le ha dejado la gestión de esta profesión por el momento a las sociedades de especialistas.

Los psicoanalistas ejercen en privado. Sus honorarios y la duración de las sesiones varían, pero a título indicativo es común acceder a una sesión en París (de 40 minutos a una hora) a partir de 80 euros. Algunos de ellos están abiertos al diálogo para determinar el precio de la sesión en función del ingreso del que consulta.

En un tratamiento psicoanalítico « puro », algunas escuelas freudianas recomiendan realizar por semana tres o cuatro sesiones largas y de duración fija y utilizar el sofá.

Otras escuelas influenciadas por la teoría lacaniana abogan por la « scansion », es decir, el hecho de interrumpir en cualquier momento la sesión cuando un elemento significante surge del discurso del paciente para estimular el cuestionamiento de este.

Los psicoanalistas también pueden conducir terapias analíticas cuando el paciente no desea participar en una cura psicoanalítica o cuando el marco de estas no se puede establecer por razones de disponibilidad, por razones monetarias o de otro tipo.

Las terapias analíticas se llevan a cabo en un marco regular y en cara a cara, al ritmo de una o dos sesiones por semana.